3 mayo, 2018
En un entorno de máxima incertidumbre y volatilidad, necesitamos cambiar nuestras formas de hacer y de organizarnos.
En los últimos años hemos visto como muchos entornos adoptan formas de hacer ágiles en el desarrollo de sus proyectos. Desde la pionera Toyota hasta las empresas de tecnología, han creado metodologías de gestión enfocadas a evitar pérdidas y maximizar la eficiencia como scrum, agile development, o la más conceptual y famosa metodología de Lean Startup.
Adoptar una metodología ágil, no es tarea sencilla para una organización. Cualquier empresa tiene la tendencia a intentar mejorar aquello que sabe hacer bien, creando metodologías para la optimización. Toda empresa intenta poner al cliente en el centro, pero generalmente es para preguntarle cómo podemos hacer mejor aquello que ya hacemos, cómo mejoramos nuestro servicio.
Un cambio de paradigma es algo muy distinto. Estar dispuesto a dar un giro, o abandonar una actividad que has estado haciendo durante años tiene costes estructurales, de procesos y económicos para cualquier actividad. Tarea nada sencilla…
Y es en este entorno en el que decidimos dar forma a Nordia. Consideramos necesario apartar el foco en lo que nosotros hacemos o sabemos hacer para ponerlo en lo que necesita el cliente. Pero para ello hay que hacer ciertos cambios en la forma de entender y enfocar nuestros proyectos.
Ayudamos a detectar oportunidades para conseguir los objetivos estratégicos del cliente, tras analizar la realidad de su marca, sus segmentos, las actividades que estos realizan y su entorno competitivo.
A partir de aquí intentamos crear un camino único. Y decimos “intentamos” porque entendemos que por mucha experiencia y saber que acumulemos, estas oportunidades que hemos detectado no dejan de ser hipótesis de trabajo que han de probarse con la puesta en marcha.
Por tanto, antes de entrar en la fase de acompañamiento en implementación y desarrollo vemos fundamental la creación de los cuadros de mando con las métricas que gobernarán la acción y los objetivos que nos proponemos con ellas. Así podremos decidir si continuamos o no con las acciones propuestas una vez veamos su impacto en nuestros públicos.
Sólo así podemos afrontar con seguridad y máxima optimización la implementación. Y la abordamos con el entendimiento de la realidad compleja de digital en la que hay que colaborar con distintos players de cara a ofrecer la mejor solución para el cliente.
Nos sentimos cómodos implementando la parte del proyecto que nos permita generar aprendizajes en el cliente. Así sabremos si hay que modificar la estrategia para optimizar las acciones de la forma más rápida y sin pérdidas de esfuerzos. Se trata de ir generando ciclos iterativos de análisis y medición – estrategia y planificación de acciones – implementación y desarrollo. Ciclos que permitan acompañar a nuestro cliente en la transformación digital en su negocio.
Socio Director de Nordia